Había una vez hace mucho tiempo en una plaza cualquiera una hamaca pero no cualquier hamaca, una hamaca mágica, que cuando los chicos se subían se dormían y soñaban pesadillas y justo despertaban al otro año. Pero un día, una chica se subió ahí y no le pasó nada. Nadie supo por qué hasta que la mamá de la nena pensó y se dio cuenta por qué y se lo dijo a todos y era porque era de día y los chicos iban de noche, entonces ninguna mamá llevó a los hijos de noche.
¡Fin!